lunes, 30 de mayo de 2011

Judios

El pueblo judío es un grupo étnico descendiente de los antiguos israelitas del Oriente Próximo. La religión constituye, por tanto, un aspecto de la pertenencia étnica al pueblo judío, así también como prácticas culturales, sociales, lingüísticas, etc. La definición precisa de judío es controvertida y puede variar dependiendo de que se haga mayor énfasis en la identidad religiosa o en la secular (étnica y sociológica).
Los judíos han sufrido una larga historia de persecución en diferentes lugares y su población ha ido variando a lo largo de los siglos. Hoy en día, la mayoría de las autoridades estiman que la actual población judía mundial oscila entre los 12 y los 15 millones,[5] la mayoría de ellos residentes en Estados Unidos e Israel.

Etimología

El término judío (hebreo: יהודי / Yehudi) procede de Judá (o Yehuda, en hebreo, quien era uno de los hijos del patriarca bíblico Jacob). Judá (o su variante griega Judea) designaba también a una entidad política que existió en la región oriental del Mediterráneo, al menos desde mil años antes de la Era Común y hasta un siglo después. Los habitantes de Judea eran los judíos, término que luego fue ampliándose también a los que habían emigrado desde Judea y a sus descendientes. En castellano, el término judío procede del latín judaeus, a su vez derivado del griego Ioudaios (Ἰουδαῖος). Existe equivalencia etimológica en otras lenguas; por ejemplo, Jude en alemán, juif en francés, jueu en catalán, Jew en inglés, xudeu en gallego, chodigo en aragonés, jøde en danés, zsidó en húngaro, etc.
La palabra Judío ('Alaba al Eterno') no aparece en la Torah (los 5 libros de Moshéh), sino que viene a aparecer en el resto de los libros del Tanaj; esto no significa que la palabra Iehudi/Judío ('Alaba al Eterno') sea peyorativa frente a la palabra Ivri/Hebreo.

[editar] Judíos y judaísmo

Hasta el siglo XVIII, los vocablos judíos y judaísmo eran prácticamente sinónimos. Sin embargo, la llegada de la Haskalá (ilustración judía) supuso un cambio radical en la mentalidad de muchos judíos que se vieron a sí mismos como miembros de un mismo pueblo, pero separados de la tradicional adhesión a la fe judaica.
Ana Frank era judía. Su diario relata la historia de su vida en Ámsterdam durante la persecución a los judíos en la Segunda Guerra Mundial. Murió en el Holocausto.

[editar] Identidad judía

Generalmente, el uso del término judío se utiliza para referirse a tres grupos: aquellos que tienen orígenes étnicos judíos, aquellos que practican el judaísmo y aquellos que se identifican como tales por su identificación cultural e histórica. La halajá, la ley judía, da otra definición de la identidad judía. De acuerdo con la legislación judía, judío es aquel que: a) es hijo de madre judía (ley que deriva del pasaje de Deuteronomio 7:1-5)[6] o b) aquella persona que se convierte formalmente al judaísmo bajo la supervisión halájica de un reconocido Bet Din (corte judía) presidida por tres dayanim (jueces). Este proceso de conversión está desarrollado en textos legales judíos, tales como el Talmud, el Shulján Aruj y las interpretaciones de la ortodoxia rabínica.
Pero además de esa definición ortodoxa existen otras definiciones, como las de las corrientes reformistas, reconstruccionistas y liberales, que afirman que es judío aquel que tiene un padre judío (en el sentido genérico, es decir, un padre o una madre). El humanismo judío afirma que es judío "quien se siente judío" sin importar si tiene ascendencia judía o si hace una conversión religiosa.

[editar] Por conversión

Si bien el judaísmo no fomenta la conversión y a lo largo de la historia no se conocen casos en donde el pueblo judío haya sometido a otro a convertirse, el mismo está contemplado. Para hacerlo es necesario tener un estudio amplio sobre la Torá, capacitado por un Moré (Maestro). Los filtros para la conversión al judaísmo, si bien varían según las distintas corrientes, suelen ser muy exigentes, puesto que se busca por parte de los rabinos que la conversión sea sincera y sin motivaciones ulteriores.
En el pasado hubo ejemplos de conversiones en masa al judaísmo, como es el caso del pueblo de Samaria, que sin ser descendientes de Jacob en un sentido físico abrazaron el judaísmo aunque nunca perdieron del todo sus creencias y costumbres, por lo cual los judíos de Jerusalén nunca los vieron con total agrado. Otro caso de conversión en masa es la de los jinetes partos.

[editar] Pérdida de la condición de judío

En cuanto a la pérdida del judaísmo, acorde con la ley judía (Halajá), no existe modo de perder el judaísmo. Quien nace judío o se convierte, no pierde su condición de judío incluso después de cometer uno de los tres peores pecados: paganismo, asesinato o aberraciones sexuales. A pesar de esto la ley judía utilizó otra arma contra pecadores de mayor escala: el expulsar de la comunidad (“El Herem” o “El Nidui”). El poder de separar de la comunidad se remonta a las primeras épocas bíblicas, pero se empezó a usar en forma sistemática durante la época talmúdica en el Segundo Templo de Jerusalen, y se continuó su uso durante la era moderna. Baruch Spinoza, Uriel da Costa o Rabeinu Tam son algunos de los judíos más importantes que fueron depurados. Marx y Freud vivieron algo parecido. Cabe acotar que, de acuerdo con la ley judía, existen caminos para ser aceptado nuevamente en la comunidad, y esto marca el hecho de que, según ésta, no existe pérdida de la judeidad.

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