lunes, 30 de mayo de 2011

catolicismo romano

La Iglesia católica apostólica[1] es la iglesia cristiana más grande del mundo,[2] con 1.181 millones de bautizados,[3] el 17,40% de la población mundial, según los datos recogidos por el Anuario Pontificio de 2011 referentes al año 2009.[4] Su sede se encuentra en la Ciudad del Vaticano, y está encabezada por el Papa, que recibe el trato honorífico de Su Santidad. El actual papa es Benedicto XVI, nombre adoptado por el Cardenal electo Joseph Ratzinger.
La Iglesia católica se conoce como Iglesia católica apostólica romana o como Iglesia católica romana; Católica es un término originario del idioma griego que significa universal. Fuera del Catolicismo se hace esta distinción por aquellos que sostienen que las iglesias de la Comunión Anglicana y las Iglesias Ortodoxas se reconocen a sí mismas como parte de la "Iglesia, una, santa, católica y apostólica" del Credo y que también son católicas (tanto en sentido etimológico como en todo el contenido del término) si bien no es la única diferencia el no estar bajo la autoridad del Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos y otros protestantes y de ortodoxos. Sin embargo, existen Iglesias en plena comunión con el obispo de Roma que, al tener tradiciones litúrgicas distintas, no añaden el término "Romana". Por lo tanto, para englobar a las Iglesias orientales católicas y la Iglesia Católica Romana se usará el término más general Iglesia Católica, tal como está en el título del artículo.
En los países en los que el culto católico es mayoritario, a la Iglesia católica se le conoce normalmente con el término la Iglesia, término que en países como Suecia se aplicaría a la iglesia nacional luterana, o en Rumania, Bulgaria, Montenegro, Serbia, Georgia, Rusia, Albania, Etiopía, Armenia, la ex República Yugoslava de Macedonia o Grecia, a la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa.
Según una larga tradición, existen otros términos para referirse a la Iglesia católica, tales como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios, Cuerpo místico de Cristo, Esposa de Cristo, Jerusalén de arriba, edificación de Dios,[5] Barca de Pedro o Nave de salvación.[6]
La Iglesia católica tiene su sede central en Roma, a la que se denomina Sede Apostólica, relacionada con la Sede está el Estado de la Ciudad del Vaticano (Status Civitatis Vaticanæ, en latín y oficialmente; Stato della Città del Vaticano, en italiano), un enclave dentro de la ciudad de Roma, en la República Italiana. El Vaticano es un estado independiente y reconocido internacionalmente. Si bien el Estado Vaticano está estrechamente ligado a la Sede Apostólica, se trata de entidades distintas, ya que el Estado Vaticano es un poder temporal, mientras que la Sede Apostólica se entiende como poder espiritual para los católicos.









La Iglesia católica, en el siglo V, se había extendido por casi todo el territorio del Imperio Romano (desde Hispania hasta Siria, con las zonas costeras del norte de África). Posteriormente, se realizaron misiones hacia zonas del norte de Europa, que llegaron hasta Irlanda, Gran Bretaña, Germania, y posteriormente zonas de Escandinavia, Centroeuropa y las poblaciones eslavas del Este. Este largo proceso abarca de los siglos V al XI. Buena parte de estas misiones, así como el trabajo de recristianizar los territorios del antiguo Imperio Romano de Occidente, fue posible gracias a los monasterios, sobre todo a los benedictinos.
La expansión de poblaciones convertidas al Islam llevó a un progresivo declive de las poblaciones católicas del norte de África, que llegaría a ser casi completo en el mundo moderno.
Un hecho posterior significó la división entre numerosas iglesias: el Gran Cisma entre sus porciones de Occidente y Oriente (cuya iglesia, aún denominada como "Católica Ortodoxa", pasaría a ser conocida solo por esta última palabra) ocurrido en el año 1054 a causa de las rivalidades entre los patriarcados de Roma y Constantinopla y, teológicamente, alrededor de la cláusula filioque.
Durante los siglos XI y XIV se produce un gran desarrollo cultural gracias a la institución de nuevas universidades eclesiásticas, centradas sobre todo en la teología, pero también con facultades de artes, de derecho y, en algunos lugares, de medicina.
En el siglo XIII fueron fundadas y empezaron a desarrollarse las órdenes mendicantes, que tuvieron un gran influjo en la vida religiosa de la sociedad.
Hacia finales del siglo XIV se produjo un cisma, conocido como Cisma de Occidente, que afectó a la Iglesia católica desde 1378 hasta 1417, y que provocó fuertes tensiones y el surgimientos de ideas de tipo conciliaristas, según las cuales un concilio podría tener más autoridad que el Papa en algunos puntos. El conciliarismo fue condenado en el concilio V de Letrán en 1516.


La Inquisición

Véase también: Inquisición
El término Inquisición (latín: Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium') hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir las herejías de los cátaros, albigenses y valdenses. En 1249, se implantó también en el reino de Aragón (fue la primera Inquisición estatal). En la Edad Moderna, con la unión de Aragón con Castilla, fue extendida a ésta con el nombre de Inquisición Española (1478 - 1821), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción se extendió después a América. También fueron importantes la Inquisición portuguesa (1536 - 1821) y la Inquisición romana (1542 - 1965), conocida también como Santo Oficio. El número de ejecutados por autoridades civiles tras ser condenados por la Inquisición en España, Portugal e Italia se estima en 99, si bien podría ser relativamente superior.






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